Los propietarios de los restaurantes de Puerto Madero se quejan por el caos de tránsito y la falta de estacionamiento; dicen que su clientela disminuyó un 40%.
Cuando empezó la construcción del Paseo del Bajo, la megaobra que unirá la autopista a La Plata con la Illia, la zona de Puerto Madero se convirtió en un laberinto que reclama paciencia para los vecinos y para quienes transitan la zona. Se redujeron los carriles de las avenidas, se cambió el sentido de algunas calles y disminuyeron los espacios para estacionar. Estos inconvenientes son los que, según los propietarios de 43 restaurantes de la avenida Alicia Moreau de Justo, restaron el 40 por ciento de clientes. El gobierno porteño alega que trabaja para solucionar los problemas.
«Están en juego nuestras inversiones, los puestos de 4000 trabajadores, nuestras ilusiones y las de la gente que trabaja con nosotros». Así lo dijo Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), para referirse a la situación que viven los dueños de locales gastronómicos ubicados sobre la avenida Alicia Moreau de Justo, en Puerto Madero, a causa de la megaobra del Paseo del Bajo.
La frase fue dicha en una reunión convocada por la asociación el jueves pasado en el salón de eventos de un restaurante de Moreau de Justo al 800, en la que los dueños de los locales de la zona expresaron su preocupación por los problemas que les acarrea la construcción del paseo.
Entre los inconvenientes más graves, los propietarios señalaron la falta de estacionamiento para los clientes y el caos de tránsito que deja a Puerto Madero, en palabras de Ricardo Fernández, dueño del restaurante Mirasol, «aislado del resto de la ciudad». Afirmaron también que estos contratiempos les restaron un 40% de clientes. Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño indicaron que se está trabajando para solucionar estos problemas.
El proyecto, que cuando finalice será un gran corredor vial que unirá la autopista La Plata-Buenos Aires con la Illia, es hoy una gran construcción -cargada de ruido y polvo- emplazada entre los ejes de las avenidas Madero-Huergo y Antártida Argentina-Moreau de Justo. La obra empezó a principios de este año y se estima que finalizará en abril del próximo.
Pero lo que en el futuro se supone que será un alivio de tránsito, es hoy para los 43 locales gastronómicos que se ubican sobre Moreau de Justo un dolor de cabeza. Los ingresos viales a la zona se redujeron por la extensión de la obra. En estos días, por ejemplo, ya no se puede acceder por el eje Belgrano-Azucena Villaflor. En un comunicado, Ahrcc denunció: «Los accesos al sector norte de los restaurantes se han reducido de 14 alternativas a solo una, un carril por Macacha Güemes».
Eduardo Aguirre, propietario de Rodizio, graficó la situación del tránsito: «Está siempre colapsada la circulación de Puerto Madero. Hoy el que viene acá viene una vez y no vuelve nunca más. Estamos perdiendo clientes que eran fieles, pero que no quieren venir más».
Debido a las obras, se alteró el sentido de cuatro avenidas de la zona: Madero y Huergo ahora son mano única hacia el sur, y Moreau de Justo y Antártida Argentina, hacia el norte. Las principales congestiones en el tránsito se registran en los tramos que van del eje Av. Belgrano-Azucena Villaflor hacia el norte. Por Moreau de Justo, entre Macacha Güemes y Victoria Ocampo, los vehículos circulan por un solo carril, y por Madero, desde Córdoba hasta Perón, la circulación se limita a tres carriles. Además cambiaron sus recorridos 14 líneas de colectivos.
Otro elemento que complica la situación de los restaurantes es la reducción de las 4760 plazas que había para estacionar, en su mayoría emplazadas donde hoy está la obra. Camilo Suárez, presidente de Ahrcc, dijo: «No hay lugar para estacionar. Hay que dejar el auto en el casino a un kilómetro de acá o jugarse a la lotería de dejarlo sobre Moreau de Justo. Hemos vivido casos insólitos de gente agarrándose a trompadas por un estacionamiento».
Para expresar las consecuencias económicas de los inconvenientes, Suárez señaló: «Desde que comenzó la obra, especialmente desde que pusieron los obradores donde antes se estacionaba y se empezaron a cerrar accesos, hemos perdido un 40% de afluencia de gente».
«Hasta ahora todas las reparticiones con las que hablamos nos han escuchado, pero no queremos más oídos, queremos soluciones -dijo Sánchez-. Paradójicamente el año pasado Buenos Aires fue declarada Capital Iberoamericana de la Gastronomía. Nos llama la atención que en el marco de esto no se haya analizado la situación que atraviesa este polo que da trabajo a 4000 personas».
Fuentes del Ministerio de Transporte indicaron que se reúnen con todos los implicados en la zona de las obras y que están al tanto de los reclamos. En cuanto al problema del estacionamiento, en el Ministerio expresaron: «Se acordó que en un espacio de la obra sobre Alicia M. de Justo sea para uso de valet parking y que en el resto de la avenida que tiene habilitado cuatro carriles se pueda estacionar a 45 grados. Esto será a partir del próximo lunes».
El problema del estacionamiento preocupa a los dueños de restaurantes no solo en estos tiempos, sino una vez que el paseo esté finalizado. Oscar Protto, copropietario de Estilo Campo, dijo: «Pagamos el ABL más caro de la ciudad y aún no sabemos qué va a pasar cuando finalice la obra, especialmente con los estacionamientos. Si no va a haber lugar para los autos, directamente cerremos los negocios, para qué esperar que termine la obra». En el Ministerio de Transporte indicaron que está en sus planes reubicar o recuperar las plazas de estacionamiento que existían.