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Avanza «La Estación de Servicio en Puerto Madero»

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Mientras la Justicia resuelve un amparo de una organización vecinal la obra sigue adelante. El predio fue cedido para hacer una escuela.

Avanza la obra para la construcción de una estación de servicio en el Dique 1 de Puerto Madero. Las maquinas excavadoras trabajan a destajo en la esquina de Encarnación Ezcurra y Aimé Painé; se presume que allí se colocarán los tanques de combustible. Y en paralelo, crece la preocupación entre los vecinos y vecinas porque entienden que se está realizando una obra inconsulta, con un impacto que podría perjudicar al barrio y que además modifica un acuerdo previo entre el Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires y la Corporación Antiguo Puerto Madero.

De hecho ambas instituciones protagonizaron en estos días un contrapunto sobre los usos de estas tierras, una de las últimas joyas disponible en la zona.

¿Que tienen que ver la Iglesia y la Corporación en esta historia? Hay que remontarse a 1993, cuando la Corporación -la sociedad integrada por el Estado Nacional y el Gobierno de la Ciudad, que tuvo a su cargo el parcelamiento, la urbanización y la venta de las tierras- dona el predio al Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires con una premisa: que en estos terrenos se construyera una iglesia, una vivienda para sacerdotes y una escuela. La construcción debía hacerse por «cuenta y cargo del donatario», es decir, del Arzobispado.

La iglesia -es la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza- y la vivienda se construyeron, pero la escuela no. El Arzobispado argumenta que nunca tuvo dinero para hacerla. Fue así que delegó la obra en una empresa privada que tomara usufructo del terreno por los próximos 40 años. Además de la escuela construirá oficinas, locales y la estación de servicio para expendio de combustibles.

Ahora que la obra avanza, que la organización vecinal ya recurrió a la Justicia y que la situación se visibilizó, la Corporación presentó un escrito oficial al Arzobispado. Informaron a Clarín que incluso se mantuvo una reunión en «donde se le pidió a la Iglesia el estricto cumplimiento del cargo de la donación y la no ejecución de obras que excedan dicho cargo».

Sin embargo, «y habiéndose verificado la continuación de tales obras en el predio donado, se les reiteró mediante notificación formal el requerimiento de interrupción de los trabajos».

Por su parte, desde el Arzobispado le dijeron a este medio: «No estamos de acuerdo con los argumentos presentados, porque consideramos que no se está incumpliendo con el cargo de la donación y sus alcances». En charlas previas con Clarín, voceros del organismo explicitaron que «sumar usos no es cambiar el uso principal. Necesitamos ingresos para sostener lo que implica la puesta en marcha de este proyecto educativo».

La organización vecinal se puso en marcha el año pasado, con dos eventos. Por un lado, cuando los medios informaron que el Vaticano estaba investigando irregularidades en la venta y disposición de los bienes del Arzobispado porteño; una de las notas mencionaba este predio. Y finalmente cuando se percataron de que el 29 de diciembre de 2020 hubo una audiencia pública a la que no fueron convocados, ni notificados. Se puede ver en YouTube, en donde participan la empresa desarrolladora (Lomfako SA), el Gobierno porteño y la Iglesia

Entonces, recurrieron a la Justicia promoviendo un amparo ambiental, no sólo por el impacto que podría generar la estación de servicio, sino respecto a su ubicación, ya que comparte parcela con una escuela. En el amparo los vecinos mencionan con preocupación a la Corporación Antiguo Puerto Madero, consideran que mantuvo una «silente inacción: como donatario de un inmueble ha permitido y/o tolerado que se avance con un proyecto violatorio del cargo establecido en la escritura de donación».

Con la Corporación no la tuvieron fácil. Los vecinos debieron recurrir al área de Derechos Urbanos y Ambiente de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad para acceder al título de propiedad y las condiciones en que la Corporación donó el predio al Arzobispado.

Volviendo al amparo, se encuentra tramitando en el juzgado porteño de primera instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 14, Secretaría N° 27. 

La historia del predio

Se encuentra ubicado en el Dique 1 de Puerto Madero. Se trata de una parcela rectangular, comprendida por las calles Rosario Vera Peñaloza, Aimé Painé, Julieta Lanteri y Encarnación Ezcurra. La obra se encuentra autorizada por la DGROC (Dirección General de Registro de Obras y Catastros de la Secretaria de Desarrollo Urbano porteño), que por otra parte también otorgó los permisos ambientales para que los trabajos avancen.