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Boca ampliará la Bombonera?

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Desde hace tiempo, en Boca se escucha la idea de «Bombonera 360». Y el oído común transforma ese título en un imaginario estadio sin los palcos que dan a la calle Dr. del Valle Iberlucea. El proyecto fue adoptado por la oposición, liderada por Jorge Amor Ameal (lanzó su candidatura secundado por Mario Pergolini), que competirá en las elecciones de diciembre con Christian Gribaudo, el candidato de Daniel Angelici.

Ameal (cabeza visible de la Agrupación Juntos por Boca) asegura que si se impone en los comicios no debatirá la construcción de un nuevo estadio, tal como baraja el oficialismo en la actualidad. Además remarcó que en su cabeza no cabe la posibilidad de levantar un shopping que conviva con la cancha.

«Si hacés un estadio con shopping para 80.000 personas sentadas, el que tiene menos recursos, no va más», disparó la problemática el ex presidente, que dio detalles del proceso de refacción que afrontará el Alberto J. Armando si resulta ganador en los comicios.

Este plan contempla que se tiren abajo los actuales palcos para terminar de dar forma al anillo completo con una obra de autogestión. ¿En qué consiste? Apunta a comprar las propiedades contiguas al estadio que impiden el avance de una remodelación que, según estiman, tardará tres años. Un dato no menor es que, según la planificación, Boca no mudaría su localía en casi toda la reforma, a excepción del momento en que se unan los codos, tareas que se llevarían a cabo durante algún parate de verano, explicó el empresario.

En cuanto a los dueños de las viviendas que deberían ser demolidas, Ameal argumentó que más del 80 por ciento está dispuesto a vender: «Si hubiesen empezado a comprar las propiedades cuando surgió la idea, seguro ya tendrían el 60 o 70 por ciento de la totalidad. Hay gente que necesita ser reubicada porque usurparon propiedades a través del Instituto de la Vivienda. El resto, son especuladores. Habrá que hacer una ley de expropiación y, así, ese especulador será el primero en vender».

¿De dónde saldría el dinero para adquirir las dos manzanas? Planean financiar la compra a través de un crédito blando otorgado por un banco de origen nacional. El 50% del nuevo espacio sería ocupado por las nuevas tribunas. Y el restante 50% estaría destinado a un parque lineal con diferentes funciones: paseo gastronómico/comercial, actividades culturales del barrio y vinculación con el actual Museo Boquense.

En tanto, para la segunda etapa del proyecto que contempla la remodelación del estadio, prevén desarrollar una preventa de futuras plateas y palcos VIP (a 10 años) y de esa manera cubrirían los 50 millones de dólares que aproximadamente demandará la obra. Cada platea VIP (3.500 en total) costaría 1.500 dólares por año mientras que cada palco VIP (habría 30 disponibles) tendría un valor de 70.000 dólares anuales.

Conformar la estructura con las tres bandejas como espejo de la de enfrente no es una empresa imposible para Ameal. Este es uno de los temas que tiene entre sus prioridades institucionales, junto a, según su definición, «la jerarquización del plantel profesional, la conquista de títulos nacionales e internacionales y la promoción de los departamentos culturales y sociales».

En resumidas cuentas, si el espacio opositor se sienta en el sillón presidencial, la Bombonera podría ampliar su capacidad a 78.000 espectadores para 2023 (siempre y cuando se activen las compras de las propiedades contiguas). El anillo inferior -en su totalidad- y las cabeceras serían destinados a sectores populares. Y las segundas y terceras banderas de los laterales serían para las plateas y palcos. Plan «70-30», con mayoría de populares y el resto de plateas.

Desde la oposición xeneize apuestan por la «digitalización». Es decir, apoyan el proyecto de la Superliga en los estadios, en el que cada hincha será registrado con un dedo pulgar antes de ingresar a la tribuna a través de una puerta antivandálica, como las que existen en Brasil. «No se entrará más con la platea o el carnet de un amigo», advirtieron.

Ameal también se refirió al protagonismo de la Policía en cada encuentro: «Debe estar en manos del Estado porque es su monopolio. Previniendo incidentes, sin que hayan 1.500 efectivos que no se sabe para qué están. Con menos gente se resuelve el problema, pero se tiene que hacer cargo el Estado. Nosotros pagamos los derechos del espectáculo; si hay vandalismo, que lo resuelva la Policía, no nosotros, porque no tenemos ese poder».

Su postura contempla la inclusión de un fiscal contravencional en cada partido para que los ilícitos se juzguen en el momento y no terminen inconclusos con el tiempo. Y por último, exige mano dura para los dirigentes que tengan connivencia con los barras: «Tiene que ir preso con cumplimiento efectivo, nada de probation. Así terminás con el problema porque no habrá dirigentes con ganas de dar micros, entradas y esas cosas».