Por las obras del Paseo del Bajo la entrada y salida de ómnibus de la Terminal de Retiro colapsa en esta época del verano en la que hay hasta 1.500 servicios diarios.
La Terminal de Ómnibus de Retiro arrancó su temporada alta, se estima que en estos días parten unos 1.500 servicios diarios a todo el país. A las habituales demoras que se registran en las rutas en estos días, este año se sumó un nuevo problema: las obras del Paseo del Bajo, la autopista que unirá a la Buenos Aires-La Plata. Los micros salen hasta con una hora y media de retraso.
Las obras afectan básicamente Puerto Madero y la zona de Retiro que corre junto al Puerto y que es clave para la entrada y salida de micros a la Terminal. “Hay poco margen de maniobra y se arman largas filas de micros. Hay días clave en hora pico donde hay micros que parten de Retiro y llegaron a estar 90 minutos parados en la calle de salida. Y como para ingresar se da lo mismo, hay empresas que dejan a sus pasajeros en la calle para que ganen tiempo”, resaltó un empresario del sector.
La obra arranca en La Boca, a la altura de Huergo y Juan de Garay. Se extiende hacia el norte de forma lineal hasta la avenida Castillo, que luego empalma con la autopista Illia. La peor zona para transitar es en los alrededores de Retiro. En la avenida Antártida Argentina se están realizando obras generales de construcción del paseo, pero además se está adaptando la estructura del puente peatonal. Y entre Castillo y Perette están levantando el terreno para hacer el viaducto. Esos trabajos ocupan los carriles centrales y solo dejan libres los laterales, que son pocos y se genera un gran embudo.
El problema adicional es que en la Ciudad no hay variantes para evitar viajar desde Retiro. Liniers, que nació como un parador se transformó en una terminal insegura donde la gente espera los micros sentada en el piso porque no hay infraestructura suficiente.
Se construyó la terminal Dellepiane que es moderna, lleva un año inaugurada y había nacido para descomprimir un 30% el movimiento en Retiro, pero nunca se vio ni un solo micro entrando en las desiertas dársenas. La terminal no funciona y el propósito para el que se construyó no se cumple.
Desde el Gobierno de la Ciudad podrían haber previsto esta situación y adecuar la obra del Paseo del Bajo para que no afecte a la zona de Retiro justo cuando es la temporada alta de la terminal de micros.