Muy por encima de la inflación general, los medicamentos ya aumentaron más del 50% entre enero y agosto, al tiempo que las compras de la población se derrumbaron un 16% interanual este mes, la peor caída en lo que va del año.
Fuentes del sector industrial y del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos revelaron que «agosto es ya el peor mes del año. El consumo se derrumba un 16% y existe un aumento de los precios de agosto que supera el 15%», como había anticipado este medio. Por esta situación, algunos funcionarios del Gobierno pidieron un congelamiento de precios en los medicamentos, pero desde los laboratorios responden que hasta que se estabilice el dólar, no se puede discutir este punto.
Por su parte, María Isabel Reynoso, presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), aseguró que «necesitamos que el Gobierno cumpla rápidamente y acorte plazos de pago del PAMI; y lo mismo en el caso de los gobiernos provinciales con las obras sociales».
En esta dirección, apuntó que «las farmacias son minipymes, y está vedado el acceso al crédito. El medicamento es un bien social. Sin que nos pague el Estado, es imposible». Agregó que «hay pagos atrasados desde marzo, planes como Incluir Salud».
Asimismo, pidió que «en la cadena de valor del medicamento nos descompriman Ingresos Brutos, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde lo cobran cuando el medicamento se compra. No se puede garantizar que se venda y esto complica mucho en la crisis».
La magnitud de la crisis se reflejó en el cierre de 74 farmacias que hubo desde enero, lo que implicó una pérdida de empleo superior a las 800 personas, pero el dato más reciente indica que desde las elecciones PASO, «cerraron ocho farmacias», dijo Marcelo Peretta, secretario general del gremio sectorial.
«En julio del año pasado, se habían comercializado 50 millones de unidades (de medicamentos) y ahora fueron 43,5 millones», indicaron desde el gremio. Las mayores bajas se observan en antihipertensivos o medicamentos para enfermedades crónicas, mientras que por el deterioro en el poder adquisitivo, subió el consumo de ansiolíticos y antidepresivos, ampliaron desde el gremio sectorial. La baja en la adquisición de remedios no es solamente en farmacias, sino también en las compras mayoristas de hospitales públicos y clínicas.
Siguen despidos
La paradoja de un sector que en los últimos años acumuló ganancias de importancia pero que en el último tiempo decidió ajustar se profundiza, con algunos casos emblemáticos, como el de Elea-Phoenix, uno de los más grandes laboratorios nacionales, y Craveri, que desde hace varios meses se niega a reincorporar a varios despedidos, y precarizó sus condiciones laborales.
La puja entre los laboratorios y los gremios del sector se profundizó en el último año, cuando los números de una de las industrias con mejor rendimiento en la última década comenzó a sufrir los efectos de la crisis, que las empresas de alguna manera exageraron para poder comenzar el ajuste.