Inicio Eventos Picasso en El Museo de Arte Moderno

Picasso en El Museo de Arte Moderno

Compartir

Presentan 74 dibujos del artista español provenientes del Museo Picasso de París. Una muestra para descubrir las bases de las grandes obras del artista.

Un pedacito del París de Pablo Picasso (1881-1973) se puede ver estos días en el barrio de San Telmo. El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires exhibe «Pablo Picasso. Más allá de la semejanza», una muestra compuesta por dibujos del artista español, donde se entrecruzan bocetos de obras clave, piezas que demuestran su destreza como dibujante y las incipientes exploraciones del movimiento con el que más se lo asocia, el cubismo.

En el segundo piso del edificio donde alguna vez funcionó la tabacalera Nobleza Piccardo pueden verse 74 dibujos realizados con carbonilla, lápiz, pasteles y hasta marcadores que Picasso creó a lo largo de toda su vida. Las obras provienen del prestigioso Museo Picasso de París y fue curada por la directora del Moderno, Victoria Noorthoorn en asociación con Emilia Philippot del museo francés.

El guión curatorial fue hecho desde una perspectiva cronológica, lo que permite seguir la evolución de Picasso desde los primeros trabajos a los16 años hasta sus creaciones meses antes de su muerte en 1973. Aquellos que conozcan algo de la prolífica carrera– tanto por el volumen de su producción como por los movimientos artísticos que desarrolló y atravesó- descubrirán a medida que se sumergen en la muestra las raíces de muchos de sus trabajos posteriores.

«Guitarrista» / «Hombre sentado con bastón y máscara»
En los primeros dibujos que datan de los últimos años del siglo XIX se distinguen los mismos rasgos que ya había inmortalizado Henri de Toulouse-Lautrec. Son obras donde el artista dibuja con lápiz o carbón el bajofondo parisino, con sus cafés, sus bailarinas y sus personajes. En las líneas grises que cruzan el papel alborotado hay formas que el espectador debe descifrar. Luego vendrán los trabajos donde toma la posta que dejan los postimpresionistas como Paul Gauguin y Paul Cézanne.

“En Pablo Picasso. Más allá de la semejanza” hay que prestar atención a los detalles. Mezclados entre aparentes garabatos aparecen las líneas de investigación de obras ícono del artista. En «Busto de mujer» (1907) están las máscaras africanas –Picasso las coleccionaba- que luego aparecerán en su obra “Las señoritas de Avignon” (1907) que hoy cuelga en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

En la misma época de “Las señoritas…” Picasso retomaba las líneas que había trazado Cézanne para profundizarlas y desarrollar el cubismo, el movimiento que descompone las figuras para mostrarlas desde todos sus puntos de pista en un único plano. Se ve su interés en las formas en los bocetos de esculturas, como «Estudio para una escultura» (1907).

A mediados de la década del ’10 Picasso se rodeó de artistas plásticos, escritores, músicos y coristas que conformaban la bohemia parisina. Empieza a colaborar con algunos de sus camaradas de cafés con dibujos para portadas de partituras, escenografías y diseños de vestuario. Retoma en esta época algunos personajes de la Comedia del arte italiana y el circo que ya habían aparecido en su “etapa rosa”, como los arlequines y los Pierrots.

Entre los trabajos que cuelgan en San Telmo están los bocetos del vestuario y maquillaje que ideó para el ballet ruso “Parade” entre 1916 y 1917. En el mundo de la danza conoció a una de sus tantas compañeras, la bailarina Olga Kokhlova, a quien inmortalizará en “Olga cosiendo”, obra que forma parte de un conjunto de retratos como el del artista Auguste Renoir seleccionados por Noorthoorn para colgar en Buenos Aires.

Para la década del ’30 Picasso ya adoptó a París como su segundo hogar, mientras su España natal se desangra en su propia guerra civil. El artista reinventa sus técnicas y temas. Coquetea con el surrealismo, explora la figura femenina con sus bañistas y tiende paralelismos entre los fascismos europeos y la tauromaquia. A medida que se recorren los dibujos de esta época se descubren las formas que luego trazará en “El Guernica”.

Picasso dibuja hasta el último momento de su vida. Vuelve a los clásicos con estudios sobre la obra de Eugene Delacroix (1834-1849), retrata a sus hijos y nuevas compañeras y sigue pintando, consciente de que ya es un mito viviente.

“Pablo Picasso. Más allá de la semejanza” puede verse hasta el 28 de febrero en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Av. San Juan 350.