El empresario confía en un futuro promisorio para el sector y espera con ansias la licitación de los terrenos del Estado ubicados en Retiro.
Ve con buenos ojos el resultado de las elecciones. Admite publicamente su interés por los terrenos que licitará la Agencia de Administración de Bienes del Estado. Mira con cariño a la vivienda social. Se declara optimista, pero es cauto. Definiciones, predicciones y análisis de la mano de Eduardo Costantini, el hombre que lidera Consultatio, la desarrolladora que planea construir un proyecto bajo la marca Oceana en Puerto Madero.
El empresario describió un escenario con «buenas señales» y apuntó que para que el real estate surja con fuerza la economía local «debe converger», porque el país «nunca ha tenido largos años de crecimiento». Sostuvo que «ya se está hablando de un crecimiento vertiginoso» aún con una base de crédito hipotecario «muy pequeño».
La demanda está «bien» pero no «eufórica» y dijo estar expectante por las perspectivas de que la Agencia de Administración de Bienes del Estado venda más terrenos. Declaró estar interesado en siete terrenos sobre la Avenida Madero que acompañan al ferrocarril en la zona de Retiro y en desarrollar más oficinas.
Durante la Expo Real Estate resaltó su preocupación por el costo y una carga impositiva «muy pesada» que «está para quedarse»: «El Gobierno va a enviar al Congreso la reforma impositiva pero no podemos esperar una baja rápida de la presión porque hay un déficit fiscal elevado. Va a ser gradual, es como una frazada que va a quedar chica».
Sin embargo, predijo: «Si todo sale bien, esa carga impositiva va a ir decreciendo con el tiempo pero el costo en dólares no va a bajar. Vamos hacia una economía más desarrollada con un aumento en el estándar de vida y, por lo tanto, con una retribución a los operarios que es más elevada. En definitiva, va a haber más inversión en nuestro país y también va a haber un aumento sistemático en el costo de las obras».
«Por la buena expectativa que hay en la Argentina, creo que los desarrolladores vamos a pujar por la tierra», puntualizó, y dijo que prevé más competencia con inversores internacionales. Dibujó un panorama de la escena internacional inmobiliaria de los últimos cinco años. Mientras en la Argentina desde 2011 hubo una «fuerte caída del mercado» por el cepo, en ese mismo período hubo expansión en ciudades como Miami, Nueva York y Mónaco, dijo.
En 2015, resaltó, empezó la recesión en esos mercados extranjeros y en la Argentina «se dio vuelta» la situación y hubo «un fuerte aumento de ventas porque las familias y las empresas ya vislumbraban el cambio de gobierno». Agregó que en 2016 y 2017 se reafirmó esa tendencia y que eso hace que los desarrolladores y los arquitectos internacionales miren al país con buenos ojos.
Costantini sorprendió con la revelación de que está interesado en la vivienda social por el resurgimiento del crédito hipotecario. «Los desarrolladores tenemos que estudiar la efectividad de entrarle a esta industria, que en Brasil y Chile tiene empresas muy fuertes. Esto será sostenible en la medida en que la gente confíe y empiece a depositar en el largo plazo, porque los bancos son los intermediarios», explicó.
«Las empresas dedicadas a la construcción de vivienda social existentes son muy pequeñas, les falta escala y eso es normal. Entonces tal vez se deba crear una empresa de construcción de casas con la escala requerida», resumió.
Mientras tanto, Costantini sigue apostando por proyectos en el segmento premium con su desarrollo Oceana en Puerto Madero, el proyecto que tendrá el sello creativo de Alan Faena. El emprendimiento será la última pieza que se sumará al distrito desarrollado por el hotelero que requerirá de una inversión de unos US$ 120 millones. A pesar de que todavía no se han fijado los precios para las unidades, estimó que el metro cuadrado se venderá «a menos de US$ 10.000».
Sobre su relación con Faena, afirmó que se trata de una sociedad creativa e insinuó que podría haber más proyectos del par en el futuro.
Hacia el final, dijo que continúa interesado en desarrollar proyectos en el exterior y que busca oportunidades en Nueva York, aunque por el momento «el mercado no acompaña». Por último, recomendó a sus colegas pensar en que con cada ladrillo que ponen «están creando un hábitat» y observar bien los atributos de cada emprendimiento. «La macro nos está ayudando, ahora depende de nosotros ir hilvanando esa calidad de la propuesta», concluyó.