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Casas de antigüedades en crisis, cerraron 250 locales

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San Telmo llegó a tener 600 comercios. Es un negocio que está desapareciendo a nivel mundial.

El barrio porteño de San Telmo se caracterizó históricamente por ser el centro de arte y antigüedades más importante de Sudamérica. Una década atrás, llegó a tener 600 puntos de venta entre locales y puestos en su tradicional feria de los domingos. Pero desde hace unos años, su fisonomía está cambiando y las joyas de la abuela ya no son tan buscadas. Cerraron casi la mitad de los anticuarios, la calle Defensa dio paso a locales comerciales, en su mayoría gastronómicos, y algunos espacios de venta de antigüedades se achicaron y se mudaron a calles aledañas.

Entre los principales anticuarios que tenían sus locales en la calle principal de San Telmo y lo cerraron figuran Bolmani, Hernani, La gran Aldea, la Galería de arte Pereyra, Portovello, Alhambra y Silvia Petraccia, entre muchos otros. Varios espacios fueron reemplazados por Starbucks, Iceland, Freddo, Persicco, la pizzería Lo de Pepín y algunas cervecerías. Hasta la galería del ex cine Cecil de Defensa 845, ya no alberga tantos antiacuarios como en otras épocas.

Eduardo Hernani tuvo su local durante 18 años. Ahora tuvo que cerrarlo y explica las razones. “No hay interés, no hay demanda por las antigüedades Hay un cambio de tendencia, se viene vislumbrando hace por lo menos cinco años y hoy es un rubro en extinción. No pasa sólo en Argentina, en Italia ocurre lo mismo en la Via Condotti y Via del Babuino; en España se replica en El Rastro; en Londres, en la feria de Portovello, en Notting Hill, y hasta en París en Le Louvre des antiquaires”. Por estos días, el comerciante puso un cartel en la puerta de su negocio para avisar que liquida lo último que le queda.

Según Hernani, otras de las razones de tantos cierres de anticuarios son que “a la caída de ventas, se suman alquileres caros. El barrio esta muy desmejorado. La gente ya no colecciona nada. Los muebles pomposos o las grandes arañas ya no interesan, hoy se decora de otras formas más modernas, despojadas, y económicas. Ni los nietos quieren las cosas de sus abuelos. El que aún tiene un anticuario es porque es propietario y vive de otra cosa que le permite mantener el hobby”.

Juan Carlos Maugeri, integrante de la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo, agrega que “las ventas cayeron más de un 50%, ni hablar si comparamos con una década atrás. Hubo una fuerte caída y se siente una chatura importante. La baja es internacional y nosotros estamos resistiendo, pero los costos de los alquileres son altísimos”.

Una de las preocupaciones del sector es la feria que se ubica sobre Defensa. Si bien está permitida por la gestión de Horacio Rodriguez Larreta del 0 al 600, se extiende más allá de esos límites. “Presentamos una denuncia colectiva por ocupación indebida del espacio público en la Fiscalía 35. El domingo representa el 80% de nuestras ventas y casi no se puede caminar por Defensa. No los sacan por cuestiones políticas”, dicen los comerciantes.

San Telmo ya no es lo que era. Los carteles de “Se alquila” están a la orden del día. Como dato, hace casi un año que está en alquiler un local ubicado frente a la plaza San Telmo. Tiene 9 metros de frente por Defensa y 14 por el pasaje Bethlem. Por ahora, nadie está dispuesto a pagar los u$s6.500 mensuales que piden sus propietarios.