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YPF impulsó la creación de una nueva asociación de empresas que será dirigida por Carlos Magariños, ex embajador argentino en Brasil. La nueva entidad aún no es respaldada por Techint, Pampa y CGC. La duda por la representación gremial para discutir paritarias.

Las dos mayores empresas petroleras del país —YPF y Pan American Energy (PAE)— crearon una nueva asociación que buscará ejercer la representación de la industria frente a gobiernos y otros actores privados. El estatuto de la nueva supercámara se rubricó, en rigor, el 28 de diciembre del año pasado en la torre de YPF en Puerto Madero. Firmaron, además, la francesa Total y las norteamericanas Chevron y ExxonMobil. Teófilo Lacroze suscribió ya en representación de la refinadora Raízen, pero luego se sumó Shell, la petrolera angloholandesa, que es propietaria del 50% de la empresa brasileña.

El estatuto inicial no se filtró por pedido expreso de las empresas, que dedicaron el primer semestre del año a realizar los trámites de inscripción de la nueva sociedad en la Inspección General de Justicia (IGJ). Esa gestión burocrática concluyó hace algunas semanas.

El próximo paso fue elegir al nuevo presidente de la asociación. Se contrató como head hunter a Spencer Stuart, que elegió en el proceso a Luis Magariños, ex embajador en Brasil hasta junio del pasado.

Carlos Magariños fue designado embajador de Brasil por el presidente Macri en 2016.

Las petroleras quieren encapsular la presentación del nuevo proyecto del clima electoral. Quieren evitar que la creación de la nueva cámara se interprete en clave de los comicios presidenciales. Es raro porque la realidad se impone: Magariños fue, hasta hace pocas semanas, el encargado de llevar la relación con el principal socio político y comercial de la Argentina por encargo del presidente Mauricio Macri.
Para neutralizar esa vinculación directa con el líder de Juntos por el Cambio, Magariños circuló entre ejecutivos de la industria que también dispone de acceso al círculo de confianza de Alberto Fernández. Entre allegados al pre-candidato del Frente de Todos, no parece que el armado de una nueva asociación vaya a ser una prioridad en caso de que Fernández se imponga en las elecciones.  

Magariños posee una web personal en la que detalla su amplio derrotero profesional. Fue director nacional de Comercio Exterior y subsecretario de Industria a inicios de los ’90; representante económico y comercial en Washington, y entre 2007 y 2011 integró el directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

¿Cuál es el sentido estratégico de la decisión?

YPF plantea desde hace tiempo la necesidad de crear una cámara que esté liderada por los CEO’s y directores de las mayores compañías energéticas del país. En los hechos, no es una idea nueva. Durante la gestión del grupo Eskenazi al frente de la mayor petrolera del mercado, se intentó avanzar en la misma dirección. Pero la iniciativa finalmente se diluyó por la falta de cohesión interna.

Con este nuevo intento, el objetivo de las grandes compañías es alinear primero una agenda común y luego encolumnar al resto. En algún punto, la creación de la nueva cámara energética ubica su genésis en la votación de 2017 para elegir a las autoridades de la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (Ceph), la entidad que hoy nuclea a las petroleras. En marzo de ese año, empresas medianas y pequeñas desafiaron el poder de las grandes productoras al presentar una lista alternativa encabezada por Rubén Sabatini de Pluspetrol. Finalmente, YPF y PAE cerraron filas y lograron imponer como presidente, en una reñida votación, a Carlos Seijo, representante de Total, el único que se animó a enfrentar la pulseada.

El chubasco pasó. Pero en YPF entendieron que la metolodología de toma de decisiones de la Ceph (donde cada uno de los 33 asociados tiene un voto que vale lo mismo que el resto, sin distinguir en el tamaño de la compañía) acarreaba un riesgo latente.

Miguel Gutiérrez, presidente de YPF, es el principal impulsor de la cámara energética.

En la nueva cámara, YPF —como mayor empresa del mercado: concentra un 40% de la producción de hidrocarburos y un 60% de las ventas de combustibles— tendrá la mayoría de los votos. PAE, Total, ExxonMobil, Raízen y Chevron, como socios fundadores, también tendrán peso propio.

¿Qué pasará con el resto?

La nueva cámara deja afuera, por ahora, a jugadores importantes del mercado. Pluspetrol se sumaría en los próximos días. Pero Tecpetrol, brazo petrolero de Techint, declinó de la invitación. Pampa Energía, el holding que lidera Marcelo Mindlin, con fuerte presencia en el segmento de gas y electricidad, tampoco figura en la nómina. Al igual que CGC, la petrolera de Corporación América (el grupo que encabeza Eduardo Eurnekian), que en los últimos creció en la cuenca Austral, ni la europea Wintershall-DEA, cuarto productor de gas. Serán invitados a sumarse en las próximas semanas, pero sin las prorrogativas de los socios fundadores.

Marcelo Mindlin, CEO de Pampa Energía está apoyando el proyecto.

Cuenta pendiente

La apuesta de máxima de YPF es que la nueva cámara termine absorbiendo a la Ceph. La duda que persiste entre empresas de servicios que siguen el proceso, como San Antonio y DLS, que son socias de la Ceph, es qué pasará con la representación gremial del sector  de cara a definir la negociaciación paritaria con los gremios.

La Ceph legitima su posición frente a autoridades del Ministerio de Trabajo porque cuenta con el respaldo de las petroleras, pero también de DLS y San Antonio, dos de los mayores empleadores de trabajadores sindicalizados en los gremios de petroleros privados. “¿Qué representación gremial tendrá la nueva cámara si San Antonio, DLS y ninguna otra empresa de servicios, como Halliburton o Schlumberger, que son las que tienen contratado a la mayor parte del personal, no forman parte de la asociación”, se preguntó el directivo de una de esas empresas.