El grupo español Codere se vio afectado por la situación local. Moody’s y S&P advierten sobre posibles incumplimientos en el pago de su deuda.
Argentina sigue siendo un dolor de cabeza para las empresas españolas que tienen operaciones o inversiones en el país. La crisis actual, sumada a las devaluaciones de 2018 y la de agosto pasado, además del contexto recesivo, generan problemas en los ingresos y en el escenario financiero de los grupos del país ibérico.
Un ejemplo es lo que sucede con Codere, una de las principales actoras del negocio de juegos de azar y cuyo perfil corporativo tiene una fuerte dependencia de sus actividades en el mercado local, donde controla 13 salas de bingos, en la provincia de Buenos Aires.
De hecho, durante el año 2018 atravesó períodos complicados en el país, que le impactaron en su balance anual, cuando informó una caída de 40 millones de euros en su resultado final. Esto fue originado, prácticamente, por el efecto adverso del tipo de cambio en la Argentina, donde los ingresos cayeron un 30%.
Ahora y también producto del complicado escenario doméstico y de la volatilidad del mercado local, sufrió una rebaja en sus ratios y calificaciones por parte de dos agencias crediticias como son Moody’s y S&P, que ha situado a la compañía en vigilancia con perspectiva ‘negativa’.
Lo hizo debido a que la agencia considera viable que pueda tener dificultades para refinanciar una serie de bonos por un total de 500 millones de euros y otros u$s300 millones (o 272 millones de euros).
De todos modos, S&P mantuvo en ‘B-‘ el rating de crédito de la firma española dentro del grado especulativo y conocido como ‘bono basura’, por contar con calidad pobre y con capacidad escasa a largo plazo y dependiente de un entorno favorable, tal como se describe en los principales medios de España.
La agencia justifica la vigilancia y la perspectiva ‘negativa’ precisamente por su estimación de que esta podría tener dificultades para refinanciar los bonos garantizados cuyo vencimiento tendrá lugar en octubre del 2021 y que podrían correr riesgo de ser afectados por la fuerte apreciación del dólar después de las PASO del 11 de agosto, y también por las medidas de controles cambiarios y de capital que tomó el Gobierno para frenar la fuga de divisas extranjeras.
«Vemos una alta probabilidad de que no tenga éxito en los próximos seis meses. Si esto pasa, podríamos rebajar el rating», advierten desde S&P en donde también destacan que los ingresos generados por Codere en Argentina representan el 25% del beneficio bruto de explotación (Ebitda) del grupo.
En el caso de Moody’s, ha rebajado un escalón la calificación de Codere, de B2 a B3, manteniendo la perspectiva estable y argumentando el potencial impacto de la situación que está viviendo Argentina tras las elecciones primarias, en la rentabilidad y capacidad de generación de caja del grupo.
De todos modos y a pesar de este panorama negativo, la compañía logró incrementar sus ingresos en el último trimestre. Por lo menos así surge del balance que acaba de presentar ante las autoridades bursátiles españolas y en el que se evidencia un Ebitda ajustado de 70,3 millones de euros, un 8,2% más que en el mismo periodo del año anterior.
Entre las razones, se destaca el crecimiento de sus negocios en México y España y la actividad online del grupo, que lograron contrarrestar las señales negativas que siguen llegando de la Argentina por la fuerte depreciación del peso y el aumento de los impuestos al juego.
En este marco, sus ingresos de explotación llegaron a los 354,7 millones de euros, que representan una baja de 5,7% con respecto al mismo periodo del año pasado, básicamente por una reducción de 29,9 millones de euros en los ingresos que provienen de la Argentina.
Pero como sus negocios en México, Italia y España y en la actividad online, pudo cerrar el segundo trimestre del año con un Ebitda ajustado de 70,3 millones de euros, frente a los 65 millones del segundo trimestre del 2018, lo cual representa una suba del 2,5 puntos en el margen, que alcanza el 19,8%.
En el balance se evidencia que los gastos de explotación de la compañía disminuyeron 7,8%, hasta los 266,7 millones de euros, como consecuencia principalmente de los menores costos en Argentina, por la devaluación del peso, y de mejoras de eficiencia en México, España y otros mercados.
De hecho, Vicente Di Loretto, director General de Codere, estima que los resultados reflejan el proceso de cambio que viene llevando a cabo la compañía con la puesta en marcha de un plan de transformación «que confirma las expectativas de rentabilidad y la solidez de los principales mercados de Codere, pese a la menor contribución de Argentina».
Incluso el país pierde peso frente a otros mercados más atractivos para la empresa como México y Uruguay, en América latina, y la propia España en Europa.
«El buen desempeño de México, España y Uruguay, así como el de nuestra actividad online, ha permitido a la compañía mantener su rentabilidad en el segundo trimestre del año», se afirma en el documento de Codere.
También se destaca que «se ha reducido la exposición de Argentina, que ha pasado de suponer 131 millones de euros del Ebitda ajustado en 2016 (casi el 50% del consolidado), a 65 millones esperados en 2019 (menos del 25%), mientras que el resto unidades de negocio han pasado en este periodo de aportar 121 millones de euros a 220 aproximadamente».
Fortalecida por estos números, los ejecutivos de la compañía aseguran no estar preocupados por el cambio de calificaciones crediticias realizados por S&P que si bien mantuvo su calificación de B, anunció que la someterá a vigilancia durante los próximos seis meses (Credit-Watch Negative), al acercarse el grupo al periodo de dos años previos al vencimiento de sus bonos.Te puede interesar
Esperan flujo de caja positivo
Aseguran que los argumentos esgrimidos «responden a criterios estrictamente técnicos sobre el plazo de refinanciación, equilibrando la incertidumbre generada en Argentina con la favorable evolución de la compañía y su capacidad de enfrentarse a escenarios adversos, por circunstancias macroeconómicas o regulatorias, generando crecimiento».
Tanto en este caso como en el de Moody’s, los voceros de Codere advirtieron que no comparten las nuevas calificaciones, «entendiendo que el nuevo informe emitido no refleja apropiadamente la situación actual, ni las perspectivas de la compañía».
Para reforzar la visión, los ejecutivos de Codere sostienen que la rebaja de Moody´s no toma en cuenta lo que ya informó acerca del impacto de la situación de Argentina en sus resultados del segundo trimestre. Reafirman además la expectativa de la compañía de cumplir con la guía de Ebitda ajustado para este año, «que conlleva tanto una mejora significativa del Ebitda respecto al año anterior, como de generación de flujo de caja libre positivo para este año».
Argumentan además que Codere «ha demostrado en estos primeros seis meses del ejercicio menores niveles de gastos no recurrentes y de inversiones en mantenimiento y crecimiento (capex), con lo que se mejora la expectativa de generación de caja del ejercicio».
En consecuencia, y en contraste con las expectativas de la agencia de rating, la empresa espera generar un flujo de caja positivo durante 2019, más teniendo en cuenta que el último balance refleja que sus Ebitdas, la diversificación geográfica de ambos y la generación de caja, «alcanzan, a mediados de este año, su nivel más alto desde 2012, mientras que el apalancamiento neto se sitúa en mínimos de 2,7x «.
Asimismo, sus voceros consideran que Codere sigue implementando su plan de transformación, «digitalizando su front y back offices, y activando palancas capaces de generar un crecimiento significativo de ebitda ajustado en próximos años». En particular, este plan ha permitido reducir la exposición en Argentina, que ha pasado de suponer 131 millones de euros del Ebitda ajustado (casi el 50% del consolidado), a 65 millones en 2019 (menos del 25%), mientras que el del resto del grupo ha pasado en este periodo de aportar 121 millones de euros a 220 aproximadamente, según el guidance facilitado al mercado para 2019.
«Codere espera que en los próximos meses la resolución de algunas de las incertidumbres que a día de hoy se mantienen sobre la evolución del escenario macroeconómico en Argentina, contribuyan a avanzar en el proceso de refinanciación de la deuda, facilitando la revisión de las decisiones ahora tomadas por las agencias de rating», agrega la compañía.