Desde este miércoles 11 de Julio y de forma definitiva, se cerrará la salida de Huergo destinada al tránsito liviano de la autopista 25 de Mayo, sentido a La Plata, que está ubicada del lado izquierdo de su calzada.
Como alternativa, los automovilistas podrán utilizar la rampa de egreso a la avenida Huergo destinada al tránsito pesado, ubicada a la derecha de la calzada.
Desde Autopistas Urbanas (AUSA) informaron que este cierre se debe al avance de las obras del Paseo del Bajo y que esta salida permanecerá sin funcionar hasta que concluyan los trabajos, algo que está previsto para mediados del 2019.
En el mismo comunicado, la empresa solicita a los conductores circular con precaución por las zonas de obras y respetar la señalización vial. Además habrá carteles de mensajes variables ubicados en la traza de la autopista que informarán a los usuarios sobre este cierre.
Desde el inicio de los trabajos, sobre todo quienes transitan la zona en auto, se vieron obligados a cambiar la ruta reiteradas veces. “Va a ser un lío tremendo la Ciudad en estos dos años y medio, pero cuando termine nos cambiará la vida a todos”, había advertido el presidente Mauricio Macri, en enero de 2017, cuando anunció la obra. Desde entonces se suceden los reordenamientos vehiculares, con cambios de sentido de calles y cortes, que se van actualizando de acuerdo al avance de la construcción.
Pero más allá de las dificultades para la circulación, que son ciertas y muy molestas, lo primordial es que el Paseo del Bajo promete saldar una vieja deuda de toda el área metropolitana: completar el anillo de circunvalación de la Capital Federal.
Hoy el tránsito puede rodear la ciudad por la General Paz y la avenida 27 de Febrero, que bordea al Riachuelo, pero falta la conexión entre el sur y la autopista Illia, en Retiro. Este nexo se hará con una autopista subterránea de 7,1 kilómetros desde la calle Brasil hasta la conexión con la Illia. La autopista será sólo para el tránsito pesado, y tendrá dos carriles por lado.
El Gobierno presenta el proyecto como una intervención urbana integral, no sólo vial. El objetivo es que sobre la autopista soterrada haya techos con canteros y árboles, ciclovías y veredas, estaciones aeróbicas y otras instalaciones. Esto tendría un doble beneficio: sumar espacios verdes y avanzar en la tan mentada unión de la ciudad con el Río de la Plata.
La obra tiene fecha oficial de finalización en marzo de 2019. Por eso, se ven trabajos incluso durante la noche y días feriados. La construcción es muy compleja y carísima: costará 650 millones de dólares, de los cuales 400 vendrán de un préstamo de la Corporación Andina de Fomento y el resto de la venta del playón ferroviario que está al lado de Catalinas Norte, donde se habilitó la construcción de oficinas.