Lo dispone el nuevo Código Uranístico aprobado en la Legislatura. También se modifica la cantidad de clientes admitida en relación con la superficie del local.
La reciente aprobación del nuevo Código Urbanístico de la Ciudad no sólo cambiará la forma en que se construirá, sino que también afectará a muchos hábitos de los porteños. Por ejemplo, el de ir a comer afuera, ya que la norma sancionada por la Legislatura también afecta a los restaurantes.
Antes de su sanción definitiva, el Código pasó por audiencias públicas en las que las Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) reclamó una serie de cambios que, aseguran en las cámaras, fueron incoporado.
El más notorio es que por primera vez se admitió el uso compartido de los servicios de salubridad entre el público y el personal, y se eliminó a los baños por sexo.
Pero también hay novedades en cuanto a la cocina, que ahora podrá conformarse como un espacio para cocinar integrado al salón comedor, debiendo contar con una campana conectada al ambiente exterior para la evacuación de humo, vapor, gases y olores. Tampoco serán obligatorios los depósitos de alimentos para locales con una superficie menor a 250 m2.
Con respecto a la asistencia para clientes discapacitados, los locales preexistentes que posean salón comedor de hasta 70 m² de superficie para la permanencia de público, que presenten barreras arquitectónicas que dificulten su accesibilidad y que puedan construir rampas, podrán sustituirlas por rampas asistidas o plataformas de elevación mecanizadas u otros medios de accesibilidad.
Algo que los empresarios venían reclamando, en especial para la zona de Puerto Madero, era la modificación del coeficiente de ocupación para los locales, es decir la cantidad de clientes admitida en relación con la superficie del local. «Con el factor de ocupación sucedía algo totalmente ilógico. A los establecimientos gastronómicos les pedían tres metros cuadrados por comensal (para recibir 100 personas un local necesitaba un espacio de 300 m2), cuando a una escuela le piden 1,5 m2 por persona. Con las modificaciones que pedimos, el factor de ocupación pasó a una persona por m2 en zonas de concurrencia de pie, mostradores y barras; y una persona por 1,5 m2 en zonas de concurrencia sentada. Esto es mucho más razonable», sostiene Ariel Amoroso, presidente de la AHRCC.
Y agrega: «Otro punto importante que se logró es el cambio en la habilitación para estacionamientos. Ahora se permite una superficie que represente el 20% del salón comedor, cuando antes la ley exigía un 20% de la superficie total del local».
Otras medidas que quiere el sector
De acuerdo con Amoroso, la AHRCC ahora se prepara para nuevas reivindicaciones: el régimen de clausuras y las libretas sanitarias, documento que todo el personal debe tener para poder trabajar con alimentos. «Vamos a trabajar muy fuerte para mejorar todo lo que tiene que ver con las clausuras preventivas arbitrarias”, sostiene Amoroso. “Actualmente hay muchas clausuras injustificadas de bares y restaurantes. La norma debe establecer los motivos taxativos que justifiquen una medida así, para que no dependa de una decisión arbitraria de los inspectores. También vamos a pedir que se habilite un controlador de faltas de turno para agilizar los inconvenientes que puedan surgir los fines de semana».
En cuanto a las libretas, Amoroso señaló que “se necesita extender el plazo de otorgamiento para que duren más de dos años. También es muy importante que se agilice el trámite y deje ser tan engorroso en los hospitales públicos. En ese sentido vamos a trabajar para que los estudios médicos de los empleados se puedan hacer también en clínicas privadas y que los exámenes pre ocupacionales sean tomados como válidos».